En la entrada anterior explicamos cómo eran las viviendas eficientes y confortables, pero nosotros además exigimos a nuestras viviendas que sean Saludables.
Llegamos a la conclusión que para una vivienda eficiente teníamos que construir una envolvente estanca, perfecto, pero además para que sea saludable el aire que respiramos tiene que tener unos niveles adecuados de CO2, para ello es necesario renovarlo, según el CT, las renovaciones han de ser de 0,63 en una hora, esto significa que cada hora el 63% del volumen de aire de la vivienda se ha de renovar.
Si al mismo tiempo que nosotros estamos usando energía para enfriar o calentar el aire de la vivienda, éste se ha de estar renovando, es decir, saliendo aire de nuestra vivienda y entrando aire limpio del exterior, sin ninguna duda estamos malgastando la energía.
Es por esto que la solución sería que una vez el aire del interior de la vivienda haya alcanzado la temperatura de confort (18º-20º), éste pudiera renovarse sin perder la temperatura alcanzada, para ello la tecnología pone a nuestro alcance unos sistemas de ventilación mecánica de doble flujo con intercambiador de calor, lo que vamos a llamar, el pulmón de la vivienda.
Veamos cómo funciona éste pulmón.
Se trata de un sistema de ventilación mecánico de alta eficiencia energética que asegura la extracción del aire viciado en las zonas húmedas de la vivienda (cocina, baños, lavaderos, etc.) y simultáneamente, coge aire nuevo del exterior y lo insufla filtrado en las estancias secas (dormitorios y los salones). Además el aire, tanto el que se extrae como el que introducimos (aire insuflado) se hace pasar por un intercambiador de calor, de modo que al aire que extraemos cede sus calor al aire que introducimos, de este modo el aire se renueva sin perder temperatura.
Hoy en el mercado encontramos estos sistemas con valores de recuperación de hasta el 90%, esto significa:
En invierno:
El aire interior se encuentra a 20 º y el aire exterior puede estar a 5º, con este sistema estamos insuflando aire al interior de nuestra vivienda a 18º no a 5º, con lo cual el aporte energético que necesitemos será para aumentar la temperatura solo 2º.
En verano:
Sucede exactamente lo mismo, el aire exterior se encuentra a 30 º y el interior a 20º, con lo cual después de pasar el aire del exterior por nuestro intercambiador se introduce al interior de la vivienda a 23º, con lo cual el aporte energético será solo para enfriar 3º.
El aire exterior contiene numerosas partículas nocivas para nuestra salud, partículas fina emitidas por vehículos, por las calderas de calefacción, bacterias, virus, polen polvo…, así del mismo modo que podemos controlar la temperatura del aire que insuflamos a nuestra vivienda, mediante la colocación de unos filtros también podemos mejoramos su calidad.
Os imagináis viviendo en una vivienda donde el aire que respiremos sea saludable, podamos respirar aire limpio y a la temperatura de confort y con un bajo consumo.
Hoy esto ya es una realidad.